viernes, 7 de junio de 2013

Nervios de acero o ataque de nervios?

Ayer fue de esos días en los que una no da para sustos. Primero, Plastilina con fiebre sin saber de qué. Segundo, en el ascensor se pilla toda la mano con la puerta y no hay manera de sacarla. Tercero, se mete en la boca un tapón de un tetra park y casi se me ahoga. Cuarto, se pegó con la puerta de la nevera. Quinto, se pegó con la mesa del salón. 

Y qué hago yo? Cómo reacciona esta madre ante estas situaciones? 

1) Me espero al tercer día de fiebre para llevarla al médico a que me digan que no sabe qué tiene.La doctora me dice que espere un día más a ver cómo evoluciona. Lo comento con amigas y, la mayoría, me recomiendan que la lleve al hospital. Yo, con mi pachorra característica, decido esperar. Hoy no tiene fiebre y ha dormido estupendamente. 

2) Me pongo como una histérica a probar de todo: tiro de la mano, tiro de mi hija, tiro de la puerta...al final un rayo de inteligencia asoma y me dice que retire a Plastilina del sensor para que la puerta pueda abrirse y así liberar la manita de mi nena. 

3) Mi parte enloquecedora vuelve a aflorar y grito y me pongo nerviosa mientras que intento sacar el maldito tapón de la boca. Mientras, la vida sin mi hija pasa por mi mente. 

4) La agarro, la consuelo, le doy besitos, pobre, pobre, pobre, mi niña...

5) Qué? Otro golpe? Hija, que torpe estás hoy. Un momento que se me queman las lentejas. 

Ya en la cama, en frío, me puse a pensar en qué tipo de madre soy y en cómo suelo manejar las situaciones de accidentes. Y llego a la conclusión de que aún tengo que mejorar mucho porque, o bien me confío en que nada malo va a pasar y no veo los peligros, o bien el pánico me vence y no actúo con sangre fría.

Según dice mi madre esto de los golpes, caídas y demás sólo acaba de empezar así que más me vale espabilarme un poco.

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