lunes, 19 de mayo de 2014

Comienzos

Mi pequeñita ya tiene 3 meses. Dios! Cómo pasa el tiempo! Es que eso de "parece que fue ayer..." es una de esas verdades como templos. Sí, parece que fue ayer cuando me puse de parto y, unas horas más tardes, nos convertíamos en un número par. 

Hoy me veo entre el terremoto de mi niña de dos años y la quietud de un bebé que duerme, mama y vuelve a dormir. Vuelvo a disfrutar de sensaciones como la de sostener en brazos a un ser pequeño que, aunque ha estado dentro de mí muchos meses, es ahora cuando le empiezo a conocer.

Llegan otra vez los momentos de tomar decisiones: chupete, colecho, mochila, biberón? Algunas sé claramente cuales serán porque las copiaré de las que en su día tomé para Plastilina. Otras me las replanteo porque las circunstancias han cambiado.

Haciendo resumen de estos tres meses tengo que decir que han sido como una montaña rusa. El parto y el postparto fue muy bien pero a la semana la cosa se complicó. La llevé al hospital porque la veía un poco amarilla y tenía un poco de congestión. Salí con lo puesto pensando que volvería a casa en unas horas y lo hice 5 días después. Me dió un aténtico bajón al pensar que aquel bebé que me había llegado en perfectas condiciones, una semana después, tenía bronquitis, la bilirrubina alta, el ombligo necesitaba una cura, sarpullido en la zona del pañal, la uña del dedo gordo del pie había hecho una herida en la carne...vamos, un desastre! Cómo podía ser? Tan mal la había descuidado? 

Cuando le dieron el alta todo fue a mejor, mi madre vino a pasar un mes en casa y pude dedicarle más atención. Después nos fuimos a España y de nuevo vinieron momentos de alegría, de agobios, de cuestionarse muchas cosas...en fin, un desastre emocional. 

Ahora estamos de vuelta y me alegro de que empecemos, poco a poco, a encontrar una rutina. A organizarnos. A conocernos y adaptarnos como familia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario