lunes, 15 de abril de 2013

Viaje de Semana Santa

Antes de que tuviéramos a Plastilina viajábamos mucho. Hemos hecho viajes cortos, largos, programados, a la aventura, a ciudades, a la playa...Cuando nos convertimos en una familia de tres nos preguntamos si sería posible compaginar esta pasión con tener una niña. 
Muchas de las madres que conozco dicen que no se puede viajar con niños y que estábamos locos si pensábamos que íbamos a poder ni siquiera hacer una excursión de un día a alguna ciudad. 
Al final nos decidimos por intentarlo y, si no funcionaba...pues tendríamos que esperar a que Plastilina fuera más grande. 

Y, bueno, tengo que decir que no ha sido y no es fácil pero que se puede, perfectamente ir de viaje con ella. Lo mismo que antes teníamos en cuenta los intereses y las necesidades de que cada uno (a mí me encanta patearme una ciudad mientras que Chico se harta andando; él se lee cada letrerito que encuentra en un museo y yo soy más selectiva; él quiere tranquilidad por la mañana y a mí me falta tiempo para salir a la calle ) ahora hay que tenerla en cuenta a ella también. Es decir, tenemos claro que vamos a madrugar, que hay que seguir los horarios de comida, que no pasaremos horas caminando, que hay que ir al parque o a un zoo, etc. 
Sobre todo hay que recordar que, lo bueno de un viaje, es que podemos pasar tiempo juntos y disfrutar de estar los tres en familia. 

Bueno, en realidad lo que yo quería contar es nuestra Semana Santa que, como se puede adivinar, la hemos pasado fuera. Estuvimos toda la semana en Alemania porque al estar justito al lado podemos ir en tren. 

Y es que el tren es, con diferencia, el mejor medio de transporte para ir con Plastilina. Para empezar hay vagones especiales para niños. Algunos tienen un pequeño "cine", otros un área de juegos, otros son más amplios que los normales y cuentan con cambiador y mesa. 
Después tienes mucho más espacio y puedes dar paseos. Ves el paisaje. Puedes hacer una pausa en el vagón restaurante. No hay límite de equipaje. En fin, un placer!.

Lo de no tener límite de equipaje es lo que más en serio nos tomamos porque parecía que nos mudábamos para siempre. Llevábamos una mochila con juguetes, una con pañales y ropa extra, otra con comida (tortilla de patatas incluida), otra para entretener a los mayores (que si ebook, que si portátil, que si revista). Eso mas dos maletas mas el carrito.

La pobre de Plastilina no eligió mejor momento para ponerse enferma que ese día. Le dió mucha fiebre y tos. Así que pasó la mayor parte de las ocho horas adormilada en mis brazos. Qué pena daba verla! Pero qué viaje más tranquilo!

La fiebre le duró dos días más y la tos aún la lleva arrastrando con lo cual este viaje ha incluido una visita al pediatra, una compra en la farmacia, horas extras de imsonio y muchos pañuelos de papel. Ah, y mis ojeras han aumentado considerablemente. Pero bueno, eso que dicen que los niños incluso enfermos tienen energía es verdad y Plastilina ha seguido

En líneas generales puedo decir que Austria está mucho mejor preparada para viajar con niños que Alemania. Aquí es más fácil encontrar tronas en los locales, cambiadores en los baños, ascensores en las estaciones de metro y tren, locales con zonas para niños o incluso cafeterías para familias.Creo que no sería mala idea investigar un poco antes sobre estas cosas para que así la visita se haga más fácil. En mi caso no lo hice pero lo tengo apuntado para la próxima vez.

Otra cosa que hay que tener en cuenta es el tipo de alojamiento. Estuvimos pensando mucho si tomar un hotel o alquilar un apartamento. Al final nos decidimos por lo segundo ya que es más cómodo tener una cocina en la que calentar el biberón de Plastilina que tener que estar saliendo a la calle a las 6 de la mañana en busca de una cafetería. Y sí, fue una buena decisión porque así pudimos desayunar y cenar a nuestro antojo. Creo que es algo que volveremos a repetir.

Lo que sí hemos descartado por completo para futuros viajes es ir a una ciudad entre octubre y abril. Es decir, a no ser que vayamos al caribe Chico dice que se niega a ir a cualquier sitio porque siempre pasa frío. Sí, esta vez le doy la razón porque, la verdad, es que nos hemos congelado. Sobre todo la pobre de Plastilina que llevaba tanta ropa encima que a penas se podía mover en el carrito.

Total, que he hecho una lista para que no se me olvide la próxima vez qué es bueno hacer y qué no, qué hay que considerar y qué hay que planear bien, bien, bien antes de coger los bártulos.







No hay comentarios:

Publicar un comentario